Llegaste como la fina lluvia
que gusta recibir sin resguardarse,
que sin notarlo
cala en los huesos,
hoy mi alma
está empapada de ti,
hoy mi boca
respira el sabor de tu ausencia.
Llueve un amor
Te utilizo
como hago con el aire
que respiro,
llama eres
del centro de mi oscuridad,
mis calientes palabras
te adoran
como a un niño pequeño.
Llueve un amor
obscenamente limpio.
Juego con fuego,
tu disparas con hielo,
la pasión es un beso feroz
que me muerde por dentro.
Sé que me olvidarás
porque debes hacerlo,
que sólo abrigará en ti
mi vago recuerdo
y un ramo de palabras,
que sólo albergará en ti
mi fugaz y mi cálido,
mi empapado desamor.
2 comentarios:
Huelen a exquisita sinceridad tus versos. Preciosos de principio a fin.
Un abrazo
Gracias, me encanta que te haya gustado, un beso
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