El oscuro manto nos envuelve.
Cuando cierro los ojos
para beber de tu aliento,
entre mis labios se deslizan
tus salvajes besos en la noche,
esas batallas cuerpo a cuerpo,
a corazón descubierto,
y el Amor,
que como cera
funde nuestros pechos,
ata nuestras cinturas
como la mano al frío hielo.
No es también cierto
que el Sol todo lo hace más bello,
que madura pasiones
y estrecha anhelos,
que limpia tu cara y mi rostro
y nos acerca a la luz, al cielo,
que edifica nuestro amor
y nos hace más cuerdos.
El doble filo del Amor,
su dulce mirada de pasional cuchillo,
su cortante de ojos vacíos,
el desamor,
en el ahora no pienso.
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