A veces tanta luz, tanto resplandor
no deja ver toda tu belleza interior
Atravesé cien bosques
hasta llegar a tí,
tus letras,
el IMAN, la guía,
el contrapeso
que me sustenta
que me impide caer,
que alimenta mi vida
Naciste al abrigo de mi soledad
minada ahora está
por tus gestos sinceros,
por tus anillos que me envuelven,
por tus sensuales versos,
por tus cómplices amigos
Tu calidez, diana certera
donde aparcaré mis sueños
Tu sonrisa, mariposa traviesa
que rodea mi noche,
que me inspira
y tu luz, que se apaga
mientras empieza mi día
Y no sé que hago aquí
ni como he llegado,
quizá sólo para soñar
o quizá para mirar
junto a ti
para revisar desde lo alto
aquellos cien bosques,
mi vida.
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