Una piedra envuelta en un poema
un poema envuelto en una ilusión
una ilusión avivada por las brasas del amor
un amor que se hunde en el misterio
callado de tus ojos
Unos ojos que miran al suelo
buscando volar, explorar el cielo
el cielo dulce y penetrante
como el sabor de tu cuerpo
Tu cuerpo, ah niña!
tu cuerpo…pirata de recuerdos
que se derraman en mis sueños
Mis sueños barcos de papel
que se disuelven a la deriva,
tempestades,
que nunca llegaron a tu orilla
La orilla de tu pelo
y tu mano junto a la mía,
mi melancólica fantasía
Tú, cómplice compañía,
mis malos ratos, mi agonía
vuelvo a la batalla perdida,
y seguiré recogiendo piedras
mientras haya poemas que envolver,
orillas donde avivar ilusiones,
cielos, ojos y cuerpos que vencer.
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