En una primavera apareciste
y aquella misma noche te soñé.
Eras redonda y plena
las nubes velaban tu tristeza y yo
intentando descubrir tu cara oculta
naufragaba en tu marea.
Mientras, soplaba con mi aire
para alejar tu pena,
y pasó pero volvió
y pasó dando retorcidas vueltas,
pero pasó,
al fin ya pasó tu última tormenta.
Antes de amanecer la Luna se mostró
furiosa y cariñosa,
muy tierna,
sin discusión, con pasión auténtica.
Si mi Luna es verdadera
y los sueños coinciden
quizá algún dia encuentre
las cien llaves que abran tu puerta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario