En la vida me gusta navegar,
sentirme a la deriva
cerca de tu puerto,
pero a la deriva,
cerca de tus ojos.
Me gusta flotar
y seguir tu estela,
rodearte y bucear
contigo en la vida,
y naufragar,
me gusta naufragar,
porque sé que lo que busco
no está en tu superficie
sino en el fondo de tu mar,
sólo allí estáis tú
y los tesoros que encierras.
Invades
como el amor,
como invade la noche
al atardecer,
lo apaga, lo rodea,
como el oleaje
de mis manos rodea tu cintura
y mece tu pelo.
Es de noche.
De noche se quiere más que de día,
porque de noche se habla
mirando a la luz de los ojos,
del alma.
Es de noche cuando
los cuerpos tienden a fundirse
tras el calor del día,
y el sudor del alma
se evapora en estrellas.
Quisiera regalarte como me siento,
mi paz interior,
mi mirada segura,
mi voz, que vuelve a ser mía.
Quisiera contar contigo el infinito,
desde tu fondo, a la deriva.